Al regreso de las vacaciones o al finalizar la baja por maternidad muchos niños, algunos aún con pocos meses, comienzan la guardería durante estos días, algunos será la primera vez y es un momento dificil tanto para el bebé como para los papás.

La adaptación a la guardería debe ser gradual. Podemos llevarlos unas horas los primeros días e ir alargando este tiempo progresivamente hasta que los niños se vayan acostumbrando.

¿Cómo preparar al niño antes de que empiece la guardería?

Un recurso útil antes del inicio de la guardería es hablar sobre lo que va a hacer en la guardería y enfocar el tema de forma positiva. Es un paso importante para conseguir normalizar el proceso de adaptación a la guardería y quitarle dramatismo a la situación.

¿Cómo afrontar el momento de la despedida?

Suele ser el más difícil tanto para las madres como para los niños, por lo que te recomendamos que le trasmitas seguridad con frases como “vas a pasarlo muy bien” o “jugarás como lo hacemos en casa pero será aún más divertido”…

También puedes abrazarle, pero no alargues demasiado este momento, ya que puede generar más preocupación en el niño. Recuerda que si te ve triste se dará cuenta y dará pie a que él también lo esté. Es importante que te vea tranquila y segura.

¿Qué hacer al recogerle de la guardería?

Cuando llega el momento de recoger al niño es importante mostrarle toda tu atención, que cuente con detalle lo que ha hecho, quiénes son sus compañeros, a qué ha jugado…

También es bueno dedicarle tiempo a preparar la vuelta al día siguiente para que cada mañana no se convierta en un disgusto, anticípale que mañana haréis lo mismo, preparad la ropa que se pondrá, las cosas que llevará, etc.

Consejos para superar los primeros días de guardería:

Los papás del niño deberán estar seguros y convencidos de la decisión, para transmitir tranquilidad, confianza y entusiasmo al pequeño.

– Si, antes de iniciar la guardería, el niño ya está acostumbrado a separarse de la madre será una ventaja. El miedo a la separación es una de las principales dificultades para el niño.

Se puede empezar por ratos cortos y cada vez alargar más la separación, hasta que se conviertan en toda una tarde. Llegados a este punto, el niño estará preparado para “enfrentarse” a la guardería.

Lograr que descanse. No le dejéis trasnochar. Un niño fatigado tiene más problemas de comportamiento y mayores dificultades de adaptación.

Levantarle con tiempo. Ir con el tiempo justo por las mañanas provoca nerviosismo en el niño. Lo mejor es levantarle un poco antes para que se prepare tranquilamente y esté relajado.

Un buen desayuno. Es esencial para que el niño se sienta alegre y lleno de energía y pase mejor el tiempo en la guardería.

Despedirle rápidamente. Aunque vuestro hijo llore o grite, la despedida debe ser rápida y sin dramatismos, de lo contrario aprenderá a usar las pataletas como estrategia para alargar la entrada a clase. Lo mejor es darle un beso, decirle quién y cuándo le recogerá y dejarle en manos de su profesora. Podéis decirle que váis a hacer algo especial después de clase.

Dejarle llevar su peluche. Si está permitido en la escuela infantil, dejad que lleve su mascota de peluche o un recuerdo de casa. La mascota le acompaña y le da seguridad; en psicología se denomina “objeto transicional”, ya que le ayuda a realizar la transición entre la vida de bebé y la de niño.

Alabar sus progresos. Una buena idea es colgar algunos de los dibujos o trabajos que haya hecho en la escuela infantil y mostrarlos con orgullo a las visitas. Así se sentirá importante.

Llevarle todos los días. No debéis dejar de llevar al niño a la guardería de forma habitual porque puede tardar más en adaptarse.

Quedar con algún amigo. Ver a sus amigos de la escuela infantil en otros lugares (el parque, la casa, etc.) aumenta su deseo de reencontrarse con ellos en clase.

FUENTES:
www.crecerfeliz.es - www.mibebeyyo.com
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