Un equipo de especialistas de Cardiología, Cirugía Cardíaca y Radiodiagnóstico del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN), junto con profesionales de Navarrabiomed, ha participado en el primer ensayo clínico en humanos para evaluar la seguridad y eficacia de las células madre cardíacas en pacientes que han padecido un infarto agudo de miocardio.

Los resultados obtenidos en la primera fase del estudio, puesto en marcha hace un año, están revelando el significativo potencial de estas células para reparar y regenerar tejido del corazón afectado. Concretamente, entre el subgrupo de pacientes con mayor riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca y efectos adversos a largo plazo.

Este ensayo clínico ha sido promovido en el marco del proyecto europeo Cardio Repair European Multidisciplinary Initiative (CAREMI), que cuenta con la participación de diferentes centros hospitalarios de España, Francia y Bélgica. El estudio está dirigido a confirmar la seguridad y eficacia de la terapia basada en células madre cardíacas alogénicas (procedentes de un donante) para tratar pacientes con infarto de miocardio. 

“El objetivo primario era establecer la seguridad de este tipo de tratamiento y eso se ha conseguido, ya que no ha habido efectos adversos. También se ha demostrado una disminución del riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca en un subgrupo de pacientes que, a priori, presentaban un peor pronóstico. Son resultados prometedores, que nos permiten seguir adelante con otros estudios”, explica el cirujano cardíaco Rafael Sádaba, responsable del equipo que ha desarrollado el estudio en Navarra.

El tratamiento es de momento experimental, solo se aplica en el contexto de un ensayo clínico. El procedimiento consiste en administrar células madre directamente en las arterias coronarias mediante un procedimiento similar a un cateterismo cardíaco, que dura unos minutos. Una vez que se comprueba que el paciente se ha recuperado sin incidencias, es dado de alta si su evolución clínica lo permite.

El implante de células madre en el tratamiento del infarto agudo de miocardio va dirigido a regenerar el músculo cardíaco que queda dañado tras el tratamiento habitual. Se administra después de haber realizado una angioplastia primaria (intervención dirigida a desobstruir la arteria responsable del infarto), con la intención de mejorar el pronóstico, tanto en reducción de mortalidad como en mantenimiento de la capacidad funcional. Las intervenciones realizadas hasta ahora han mostrado evidencia del potencial cardioreparador e inmunoregulador de estas células madre. No se ha registrado mortalidad ni acontecimientos adversos cardíacos graves en los 30 días posteriores ni en los seguimientos realizados a los y las pacientes a los 6 y 12 meses.

La novedad del tratamiento reside en el tipo de células madre administradas, obtenidas de donantes intervenidos del corazón, a diferencia de otros estudios, en los que las células madre utilizadas se han extraído de la médula ósea o de tejidos adiposos. También es novedosa su administración en la fase aguda del infarto y el número de células que se implantan (se infunden 35 millones de células cardíacas alogénicas AlloCSCs).

Según las conclusiones iniciales, el estudio CAREMI supone un gran paso adelante en el desarrollo de esta forma de tratamiento y permitirá ampliar los recursos disponibles para pacientes de más riesgo.

FUENTE: consalud.es (Abril 2017)

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