Científicos han logrado disminuir el tamaño de lesiones provocadas por isquemia cerebral en cerebros de ratones mediante la aplicación de células madre mesenquimales, extraídas de la médula ósea, se encontraban en un soporte elaborado con un material que no sólo permitió su supervivencia y su multiplicación, sino que también impidió que migrasen hacia otras áreas del cerebro, tal como es común que ocurra cuando se las implanta directamente en la lesión.

Esta técnica puede ayudar en la recuperación de víctimas de accidentes cerebrovasculares isquémicos, cuando una vena del cerebro es bloqueada (trombo) y la parte del cerebro que deja de ser irrigada padece la muerte de sus neuronas. La isquemia puede causar secuelas graves, tales como pérdidas de movimientos, e incluso llevar a la muerte.

No es la primera vez que los científicos utilizan células madre para recuperar un área dañada del cerebro de ratones o ratas. Pero lo diferente en este caso fue el uso de un material que, aparte de ser biocompatible, aumenta la supervivencia de las células madre y hace que éstas permanezcan en el área de la lesión, con lo cual disminuye la inflamación. Al cabo de algunos meses, con el área en gran medida recuperada, el material es totalmente absorbido por el cuerpo.

Para este estudio, las células madre mesenquimales se extrajeron de la médula ósea de ratones y se las cultivó en placa de Petri. Luego se las depositó en el material. “Cuando ese material con las células madre mesenquimales se implantó en un cerebro lesionado, la lesión se redujo a un tercio del tamaño que tendría de no haberse efectuado la intervención”, dijo Marimélia Porcionatto, docente de la EPM-Unifesp y coordinadora del estudio.

“Anteriormente realizamos varias pruebas para demostrar que las células no pierden sus características biológicas, tales como la diferenciación y la proliferación. Esto es importante, pues no podemos utilizar como soporte un material que altere en demasía las características de las células”, dijo Porcionatto.

Las fibras con las células madre fueron aplicadas sobre la lesión y se les realizó un seguimiento durante 30 días. Los investigadores observaron que funcionan mejor en el material que en la laminillla donde normalmente se las cultiva en laboratorio.

“Es como si las células madre mesenquimales estuviesen produciendo un ambiente apropiado para quedarse. Aún no sabemos qué es lo que causa esto en ese material, pero es sumamente interesante ver de qué manera un material no biológico interfiere en el comportamiento de las células”, dijo Porcionatto.

Los investigadores ahora queiren probar esta técnica con células madre en traumatismos craneoencefálicos, cuando se produce una pérdida de parte del cerebro.

“En la actualidad, cuando se pierde masa encefálica, se controla la hemorragia y se procede a realizar una cirugía, pero lo que se perdió queda perdido. No hay manera de mejorarlo. Éste podría ser un nuevo tratamiento”, dijo Zamproni.

Para eso los investigadores pretenden valerse de la bioimpresión, recreando la parte perdida del cerebro en el mismo formato con una impresora 3D. Para ello, están abocados a la búsqueda de otro biomaterial que pueda también moldearse, aparte de poseer las propiedades del ácido poliláctico

FUENTE: www.dicyt.com (Marzo 2019)

LINK AL ESTUDIO www.sciencedirect.com
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