El cáncer de mama y la reconstrucción de los senos que conlleva es uno de los casos más claros. Cada año en Cataluña se realizan unas 1.500 reconstrucciones de mama tras un cáncer, un cáncer que afecta a una de cada ocho mujeres a lo largo de su vida y del que se registran cada año en Cataluña entre 5.000 y 6.000 casos. De ellos, unos 3.000 se abordan con una cirugía conservadora, que no precisa extraer la mama.

Importantes avances en las técnicas de microcirugía reparadora, bioimplantes trabajados previamente en el laboratorio con células madre y exhaustivas planificaciones preoperatorias gracias a softwares especializados en 3D han aumentado la eficacia y seguridad de las operaciones de cirugía plástica reparadora pos-oncológica. «En el 90% de los casos de reconstrucción de senos tras la extracción de un tumor la paciente se recupera al 100% de sus secuelas», concreta el cirujano Jaume Macià.

El cáncer de mama es la enfermedad que deriva un mayor número de casos a equipos como el que dirige Jaume Macià. Aprovechar tejido y grasa de alguna zona del cuerpo, donde sobre, para implantarla en la zona a recuperar, como pueden ser los senos, ha sido uno de los grandes pasos hacia adelante que la cirugía reparadora ha dado en los últimos años. «El michelincito de la barriga, la cadera o la cara interna de las piernas, sin necesidad de tocar la musculatura, lo aprovechamos para reconstruir el pecho», detalla el doctor Jaume Masià del Sant Pau. «Es la cirugía ecológica», afirma. «Lo que sobra de un lado sirve en otro. Es un gran avance. No destruimos funcionamiento y aportamos beneficio estético», puntualiza el cirujano, sobre la técnica denominada Diep.

Evitando los implantes ajenos a la composición biológica de los pacientes se esquivan también elementos como el rechazo y la pérdida de funcionalidad, elasticidad y compatibilidad con la variabilidad de los tejidos naturales en la zona. Ello se debe a que las células de un autotrasplante disponen del mismo ADN, por lo que reaccionan igual que el resto cuando, por ejemplo, se gana o se pierde peso o el cuerpo se desarrolla, en el caso de niños y adolescentes.

«La técnica Diep fue introducida en España en 1999, a través del Hospital de Sant Pau, y ha significado el salto cualitativo más grande en la reconstrucción de los senos, sin destruir, y duradera. La misma calidad tisular -de los tejidos- del pecho natural es lo que les da forma», declara Masià.

«El segundo gran cambio que ha dado la cirugía plástica reparadora, en este caso tras un cáncer en el que solo se ha extirpado un trozo de mama, ha sido el injerto graso con células madre», explica el cirujano del Sant Pau. «Con una pequeña liposucción se extrae grasa y de su zona más vital se aíslan las células madre en el laboratorio y por cánula -un finísimo tubo-, y sin necesidad de cirugía, se rellena el defecto que ha producido la tumorectomía», detalla Jaume Masià.

FUENTE: elperiodico.com

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