La Organización Mundial de la Salud (OMS) y varias agencias dirigidas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades​ (CDC) en los Estados Unidos están organizando programas intensivos de investigación utilizando medidas preventivas, la evaluación y tratamiento apropiados ante esta enfermedad. El espectro clínico de COVID-19 varía de formas asintomáticas a afecciones que abarcan manifestaciones multiorgánicas y sistémicas en términos de shock séptico y síndromes de disfunción orgánica múltiple.

Los tratamientos actualmente aprobados son de apoyo pero no curativos para la enfermedad. Hay múltiples tratamientos en estudio: búsqueda de una vacuna, medicamentos como el Remdesivir e hidroxicloroquina y, posiblemente, terapia combinada. Finalmente, las células madre mesenquimales derivas del del cordón umbilical expandido pueden tener un papel valioso para el coronavirus y están siendo estudiadas.

La cura de COVID-19 depende esencialmente del propio sistema inmune de los pacientes. Cuando el sistema inmune se sobreactiva en un intento de matar el virus, puede conducir a la producción de una gran cantidad de factores inflamatorios, lo que resulta en una fuerte tormenta de citoquinas. La tormenta de citoquinas puede inducir daño a los órganos seguido de edema, insuficiencia respiratoria aguda, lesión cardíaca aguda e infección secundaria, que puede conducir a la muerte.

Por lo tanto, evitar esa tormenta de citoquinas puede ser la clave para el tratar a los pacientes infectados por COVID-19. En China, varios pacientes fueron tratados con células mesenquimales expandidas. Además, el Colegio Italiano de Anestesia, Analgesia, Reanimación y Cuidados Intensivos ha informado de pautas para tratar a los pacientes con coronavirus con células madre con la esperanza de disminuir el número de pacientes que van a la UCI y, también, sacarlos de la UCI con relativa rapidez. En este manuscrito, describimos la necesidad urgente de varias soluciones, la patogénesis del coronavirus y la evidencia clínica para el tratamiento de COVID-19 con células madre.

La evidencia limitada pero emergente sobre la utilidad de las células mesenquimales derivadas del tejido de cordón expandido en el manejo de esta enfermedad sugiere que podría considerarse para uso compasivo en pacientes críticos para reducir su morbilidad y mortalidad.

La administración y el enfoque para utilizar estas células se centra ahora en
demostrar que es seguro y efectivo de manera específica y limitada
y facilitar los trámites para que los pacientes críticos con COVID-19 tengan acceso a ello, mediante el consentimiento informado a los pacientes (o apoderados según el caso), permitiendo que el procedimiento se inicie en pacientes críticos que no responden a las terapias convencionales.

FUENTE www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/32214286

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