Wyatt Haney, de cuatro años, ha estado luchando por su vida desde el día en que nació. Wyatt dio positivo por anemia hemolítica, un trastorno sanguíneo que causa la destrucción prematura de glóbulos rojos y puede causar el aspecto «verdoso» a su piel. Con solo dos semanas, tuvo su primera cita con el hematólogo y oncólogo pediátrico Mukta Sharma del Hospital Children’s Mercy en Kansas (EE.UU). Desde el principio, el Dr. Sharma sabía que Wyatt tenía un trastorno de la sangre, pero para coocer la condición específica tenía que realizar un proceso de descarte, comenzando con los problemas más comunes.
Finalmente, 11 meses después de su nacimiento, la familia de Wyatt y su equipo médico tuvieron una respuesta: TPI o deficiencia de triosafosfato isomerasa. TPI es un trastorno multisistémico genético extremadamente raro que se identificó por primera vez en 1964. Desde entonces, solo 100 pacientes han sido diagnosticados en todo el mundo, y solo cuatro viven en la actualidad. Wyatt es uno de esos cuatro. Los pacientes con TPI carecen de la enzima necesaria para descomponer ciertos azúcares en el cuerpo. Además de la anemia hemolítica, también experimentan síntomas neurológicos y cardíacos graves y progresivos.
Este desorden es hereditario, sus padres son portadores, pero sus otros dos hermanos no están afectados. Con el diagnóstico el Dr. Sharma remitió a Wyatt y su familia, a Doug Myersun oncólogo pediátrico con experiencia en trasplante de médula ósea del mismo hospital. «El trasplante de médula ósea puede tratar ciertas formas de anemia hemolítica pero hay ciertos riesgos del trasplante. Y esta es una enfermedad tan poco común y sin registros previos, que no podemos garantizar que funcione».
Después de sopesar cuidadosamente los pros y los contras del trasplante el 1 de noviembre de 2014, Wyatt recibió quimioterapia para preparar a su sistema inmunológico para el trasplante. El 12 de noviembre, recibió su primer trasplante de médula ósea. Unas semanas más tarde, las pruebas señalaron que el trasplante de Wyatt estaba fallando. Fue entonces cuando el Dr. Myers sugirió un segundo trasplante utilizando las células sanguíneas periféricas. Ese trasplante ocurrió el 2 de marzo de 2015, pero nuevamente, el sistema inmunitario de Wyatt rechazó el trasplante.
Entonces Wyatt se puso muy enfermo y fue ingresado en el hospital. Después de controlar la infección, el Dr. Myers recomendó una opción diferente para Wyatt, un trasplante con sangre de cordón umbilical, en ese momento el sistema inmunológico de Wyatt estaba desgastado. El 5 de mayo de 2015 recibió el tercer trasplante y el cuerpo de Wyatt aceptó la opción con células de sangre del cordón umbilical». Finalmente, Wyatt estaba en el camino hacia la recuperación y cuatro meses después de ser ingresado en el hospital, estaba listo para regresar a su casa. Aunque es posible que otros pacientes con TPI hayan sido tratados con éxito con células madre formadoras de sangre, según búsquedas bibliográficas, parece que Wyatt puede ser el primero y el único en el mundo en sobrevivir.
FOTOS y FUENTE ORIGINAL news.childrensmercy.org (Junio 2018)