Investigadores de la Universidad de Murcia han señalado en un estudio los posibles beneficios del trasplante de células madre en pacientes con patologías retinianas, según han informado fuentes de esta institución docente.

La investigación, publicada en la revista “International Journal of Molecular Sciences”, muestra que las inyecciones intraoculares de células madre derivadas de la médula ósea presentan un “prometedor efecto” en la degeneración de los fotorreceptores de la retina, un proceso que deriva en ceguera.

Gracias a su efecto antigliótico, este tratamiento podría minimizar los efectos secundarios a la pérdida de fotorreceptores: la remodelación de la retina.

Estos trasplantes intraoculares podrían impedir la degeneración de la retina y, por tanto, ser beneficiosos para los pacientes que presentan degeneraciones retinianas, según ha apuntado Diego García, uno de los expertos involucrados en esta investigación de la UMU y el Instituto Murciano Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB).

Por ello, este estudio podría sentar las bases de futuros y beneficiosos tratamientos para aquellas personas que sufren patologías de la retina.

Asimismo, otro de los descubrimientos de este trabajo es que se ha demostrado que la inyección intraocular es una técnica factible y segura para realizar el trasplante de células madre derivadas de médula ósea, según ha explicado el investigador de la UMU Johnny Di Pierdomenico.

En este sentido, la inyección se produjo por dos vías: una en el globo ocular (intravítrea) y otra más cerca de los propios fotorreceptores (subretiniana), mostrando ambas resultados similares.

El estudio del efecto neuroprotector de estas células madre se ha llevado a cabo en modelos animales, ratas en este caso, que presentaban degeneración hereditaria de los fotorreceptores. Este sería el principio de un proceso que desembocaría en este mismo trasplante, pero en humanos.

En un primer momento, se realizaron inyecciones intraoculares de las células madre anteriormente mencionadas en los ojos izquierdos de estos animales. Además, recibieron un tratamiento de inmunosupresión para evitar el posible rechazo de células humanas.

Las retinas fueron analizadas en diferentes intervalos, entre 7 y 60 días tras la inyección. El principal hallazgo encontrado al estudiar los ojos izquierdos, que habían recibido la inyección, fue una disminución de la reacción macroglial, signo temprano de la degeneración de fotorreceptores.

García ha detallado que este resultado es positivo, pues esta reacción desemboca en la formación de una cicatriz glial que podría impedir la integración de las células trasplantadas y el éxito de otros tratamientos diseñados para reemplazar a los fotorreceptores, por lo que es importante prevenirla.

Además, en este estudio se ha demostrado que las células trasplantadas tenían una supervivencia en el globo ocular de 14 días y que el efecto terapéutico se perdía con el paso del tiempo.

Una de las limitaciones de esta investigación es el hecho de que la inyección de células madre fuese derivada de una médula ósea humana, en lugar de una de rata, siendo necesaria la inmunosupresión a la que se hacía referencia.

Por ello, García ha apuntado que la mejor opción sería realizar trasplantes del mismo individuo o, al menos, de la misma especie, ya que esto podría dar lugar a una mayor supervivencia de las células trasplantadas y a un prolongado efecto terapéutico. “Ello podría potenciar los efectos beneficiosos de otros tratamientos e, incluso, mejorar los resultados de aquellos dirigidos a sustituir los fotorreceptores”, ha concluido el investigador.

FUENTE www.um.es/web/ucc/inicio/-/asset_publisher/qQfO4ukErIc3/content/id/22087008?_com_liferay_asset_publisher_web_portlet_AssetPublisherPortlet_INSTANCE_qQfO4ukErIc3 (Enero 2021)

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