El trastorno del espectro autista afecta a uno de cada 40 nacimientos. Aunque el autismo es una afección que dura toda la vida, la intervención y el tratamiento tempranos pueden disminuir el impacto que tiene en la persona autista y su familia. Sin embargo, si bien las señales de advertencia del TEA pueden surgir dentro de los primeros 12 meses de vida de un niño, diagnosticar de manera confiable el trastorno antes de los dos años es un desafío.

Generalmente, los profesionales de la salud diagnostican el TEA basándose en los informes de los padres y la observación del médico sobre el desarrollo y el comportamiento del niño. Sin embargo, recientemente han surgido otras posibles herramientas de diagnóstico, incluidos juegos para teléfonos inteligentes y dispositivos de seguimiento ocular. Además, las pruebas de audición para recién nacidos se han mostrado prometedoras como forma de detectar el autismo poco después del nacimiento del bebé. Ahora, investigaciones recientes identifican un metabolito de ácido graso específico en la sangre neonatal que influye en la gravedad de los síntomas del trastorno del espectro autista (TEA). Este descubrimiento podría permitir un diagnóstico e intervención tempranos, mejorando potencialmente los resultados para las personas afectadas por el TEA.

Para realizar el estudio, el equipo de investigación analizó muestras de sangre del cordón umbilical de 200 niños. Además de las muestras de sangre del cordón umbilical, el equipo también recopiló datos informados por los padres sobre los síntomas del TEA de los niños a los seis años de edad. Después de una investigación minuciosa, los científicos descubrieron que un ácido graso dihidroxi inflamatorio llamado ácido 11,12-dihidroxieicosatrienoico (diHETrE) que se encuentra en la sangre del cordón umbilical se asociaba significativamente con la gravedad del autismo a los seis años.

Específicamente, descubrieron que niveles más altos de 11,12-diHETrE estaban relacionados con una mayor probabilidad de síntomas de interacción social relacionados con el autismo. Por el contrario, los niveles más bajos de este ácido graso afectaron los comportamientos repetitivos y restrictivos. Sin embargo, los vínculos entre el 11,12-diHETrE en la sangre del cordón umbilical y los síntomas del autismo fueron más sólidos en las niñas.Aunque es necesario más investigación, los resultados del estudio muestran que puede ser posible identificar a los niños en riesgo de TEA poco después del nacimiento, lo que podría abrir la puerta a una intervención y un tratamiento tempranos. Además, los científicos dicen que prevenir el autismo podría ser una posibilidad si encuentran formas de controlar los niveles de 11,12-diHETrE durante el embarazo.

 VER PUBLICACIÓN ESTUDIO https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/pcn.13710

×

Hello!

Click one of our contacts below to chat on WhatsApp

×