El bebé de 6 días de vida sufría un trastorno del ciclo de la urea, por el que su hígado era incapaz de descomponer el amoniaco tóxico. Ante la imposibilidad de someterse a un trasplante de hígado, algo que no se considera seguro hasta que un niño pesa alrededor de seis kilogramos o tiene entre los tres y cinco meses de edad, los médicos del Centro Nacional para la Salud y el Desarrollo del Niño (Japón), decidieron probar un «tratamiento puente» hasta que el bebé fuera lo suficientemente grande, inyectando 190 millones de células hepáticas derivadas de células madre embrionarias en los vasos sanguíneos del hígado del bebé.
Tras el tratamiento, «el paciente no observó un aumento de la concentración de amoniaco en la sangre y pudo completar con éxito el siguiente tratamiento«, es decir, un trasplante de hígado, según señalan los doctores en un comunicado de prensa citado por GMA News. Meses después, el bebé recibió un trasplante de hígado de su padre y fue dado de alta del hospital sin ninguna complicación.
FUENTE www.gmanetwork.com/news (Mayo 2020)