El año pasado los medios recogían esta importante noticia, y es ahora cuando se han publicado los datos por la revista científica Cell Report

Aunque hace unos días se hablaba de otro caso de curación de VIH tras un trasplante de células madre, en esta ocasión es, la llamada Paciente de Nueva York lleva dos años y medio sin rastro del virus a diferencia de los tres anteriores curados, todos hombres, ella recibió células madre de cordón umbilical

“Actualmente está clínicamente sana. Está libre de cáncer y de VIH. Y lo llamamos una posible cura más que una cura definitiva, básicamente esperando un período de seguimiento más largo”, ha justificado Yvonne Bryson, especialista de la división de Infecciosas del Departamento de Pediatría de la Universidad de California (Los Ángeles) y autora del estudio.

Estos cuatro casos de remisión del VIH reportados son excepcionales, producto de una intervención médica imposible de trasladar a la población general con VIH, explican los expertos consultados. El trasplante de células madre es una técnica muy agresiva en estos casos y está destinada a pacientes con tumores hematológicos que no responden a otras terapias.

Con la paciente de Nueva York se usaron células madre de cordón umbilical. “Un trasplante de médula de células madre de adulto requiere una identidad genética completa, del 100% en una serie de genes que son como un DNI genético para el trasplante. Sin embargo, las células de cordón no requieren un 100% de identidad, sino que un 50% de identidad es suficiente, con lo que las posibilidades de tener un donante aumentan exponencialmente. Esta estrategia se ha revelado eficaz en la paciente y abre una vía para encontrar un mayor número de donantes por paciente candidato”, explica a Science Media Centre, Jose Alcamí, virólogo y director de la Unidad de Inmunopatología del SIDA del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).

En 2017, las células madre resistentes al VIH recogidas en la sangre del cordón umbilical se infundieron a la paciente en combinación con una transfusión de células madre adultas de un pariente compatible (aunque sin la mutación específica) para aumentar las posibilidades de éxito del procedimiento. En la sangre de cordón puede haber menos cantidad de células y eso hace que tarden más en repoblar el organismo. Pero, al infundirlas en combinación con otras adultas de un donante compatible, ayudan a que las células de cordón se instalen y crezcan en el cuerpo.

El trasplante fue un éxito y, 37 meses después de la intervención, la paciente dejó el tratamiento antirretroviral. Cuando se redactó el estudio científico, la mujer llevaba 18 meses —ahora ya son dos años y medio— sin medicación antiviral ni rastro del virus. “Con el tiempo que lleva, es algo bastante sólido.

×

Hello!

Click one of our contacts below to chat on WhatsApp

×