Los trastornos del esófago son muy comunes por ello el desarrollo de modelos organoides del esófago humano podrían ser muy beneficioso para poder estudiar enfermedades como la esofagitis eosinofílica y la metaplasia de Barrett, o para bioingeniería de tejido esofágico genéticamente compatible para pacientes.

Para ello científicos del Centro de Células Madre y Organoides Médicos del Hospital Infantil de Cincinnati (CuSTOM) en EE.UU. han podido desarrollar tejido esofágico humano completamente a partir de células madre pluripotentes (iPS). Estos científicos ya han usado previamente estas células iPS en bioingeniería de intestino, estómago, colon e hígado.

El esófago es un tubo muscular que pasa activamente alimentos desde la boca hasta el estómago. El órgano puede verse afectado por enfermedades congénitas, y otras enfermedades como cáncer de esófago, enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) o una rara dolencia llamada acalasia, una enfermedad que afecta a los músculos del esófago inferior y previene la contracción del órgano y el paso de los alimentos.

Todos los trastornos necesitan mejores tratamientos y para ello se requiere una comprensión más precisa de los mecanismos genéticos y bioquímicos detrás de su causa, una necesidad que se completa con la capacidad de generar y estudiar modelos robustos, funcionales y genéticamente compatibles de tejido esofágico humano que puedan crecer a partir de las propias células de una persona.

Los científicos basaron su nuevo método para usar iPS humanos en organoides esofágicos generales en manipulaciones paso a paso, cronometradas y precisas de señales genéticas y bioquímicas que forman un patrón y crean endodermo embrionario y tejidos del intestino anterior.

Después de generar exitosamente organoides esofágicos humanos completamente formados, que crecieron a una longitud de aproximadamente 300-800 micrómetros en aproximadamente dos meses, los tejidos sometidos a bioingeniería se compararon bioquímicamente con tejidos esofágicos de biopsias de pacientes. Esas pruebas mostraron que los tejidos modificados genéticamente y biopsiados eran sorprendentemente similares en composición, según los autores.

El equipo continúa sus estudios sobre este proceso y en identificar proyectos futuros para avanzar en el potencial terapéutico de esta tecnología.

FUENTE abc.es (Septiembre 2018)

 

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