El hallazgo puede ayudar a aumentar las esperanzas para tratar las enfermedades óseas raras que afectan a algunos bebés desde el nacimiento, pero el mismo procedimiento tiene el potencial de ayudar a las personas mayores con osteoporosis, e incluso a los astronautas que pierden masa ósea en órbita. «Las células madre que hemos utilizado son excelentes para proteger los huesos», dijo Pascale Guillot, quien dirigió el estudio en el University College de Londres. «Los huesos se vuelven mucho más fuertes y la forma en que el hueso se organiza internamente es de mayor calidad».
En una serie de experimentos, Guillot se propuso investigar si las células madre recolectadas del líquido amniótico humano podrían ayudar a fortalecer los huesos débiles en los ratones. Encontró que las infusiones de las células hicieron exactamente eso, pero no formando el hueso fresco ellos mismos. En su lugar, las células madre liberaron factores de crecimiento que hicieron que las células óseas existentes en los ratones se multipliquen y maduren más eficazmente.
A principios de este año, investigadores de Toronto infundieron células madre de ratones sanos a otros con osteoporosis. No sólo los animales receptores crecieron con esqueletos más fuertes, también sus huesos recuperaron la apariencia que la osteoporosis destruye.
Los investigadores esperan iniciar un ensayo clínico en seres humanos en los próximos dos años. Si el tratamiento es efectivo, se puede administrar a los bebés afectados al nacer, o incluso cuando todavía están en el útero, para ayudarlos a desarrollar esqueletos más saludables. A diferencia de otros tejidos, las células madre utilizadas en el estudio pueden ser trasplantadas de una persona a otra sin tener que coincidir con el receptor y el donante.
FUENTE ORIGINAL (en inglés) theguardian.com
ACCESO A LA PUBLICACIÓN DEL ESTUDIO www.nature.com/articles/srep39656