Un bebé lactante nacido a término ingiere cada día miles de millones de células que podrían pervivir en el organismo a largo plazo y favorecer, no sólo el sistema inmunológico del niño, sino también el desarrollo de tejidos como el cerebro, hígado o páncreas. Las células madre que provienen de la leche materna podrían sobrevivir en el tracto gastrointestinal del bebé durante años, transferirse al torrente sanguíneo e, in vivo, integrarse en diferentes tejidos, favoreciendo el desarrollo futuro de diferentes órganos e impulsando el desarrollo infantil temprano.
Esta es una de las principales conclusiones que se desprenden del estudio en ratones liderado por la doctora Foteini Hassiotou, investigadora del Grupo Hartmann de Investigación en Lactancia Materna de la Universidad Western Australia. Hassiotou también avanza posibles aplicaciones de las células madre en terapias aplicables en el campo de la oncología y de las enfermedades neurodegenerativas. El trabajo se presentará en el X Simposio Internacional de Lactancia Materna promovido por Medela, que se celebrará en Varsovia (Polonia) los próximos 17 y 18 de abril.
Se sabe muy poco sobre el origen de todas las células presentes en la leche materna, sus propiedades o qué factores influyen en ella. Hasta ahora, la mayoría de los estudios realizados sobre la composición de la leche materna se habían enfocado desde una perspectiva inmunológica, propiciando que se generalizase la idea de que los leucocitos, relacionados con el carácter inmunológico de la leche materna, eran el tipo de célula predominante. Hassiotou ha ampliado esta perspectiva a un enfoque multidimensional, estudiando las propiedades in vitro e in vivo de estas células madre y sus potenciales aplicaciones.
Las células madre de la leche materna son muy fáciles de obtener y, por sus propiedades regenerativas, serían de gran utilidad en el campo de la oncología y las neurociencias para el desarrollo de terapias de reemplazo en enfermedades como el párkinson o el alzhéimer.
Un bebé nacido a término toma entre 430 y 1.300 ml de leche materna diarios. Cada mililitro de leche materna humana contiene aproximadamente entre 10.000 y 13 millones de células, con lo que un bebé puede llegar a ingerir miles de millones de células cada día. Según recientes estudios, cuando la madre y el bebé están sanos menos del 2% de esas células presentes en el calostro son leucocitos. La leche materna tiene la capacidad de adaptarse a las necesidades del niño o de la madre, incrementando el volumen de este tipo de células para estimular el sistema inmune del niño en caso, por ejemplo, de infección. Tras la recuperación del bebé, vuelven al nivel inicial bajo. Además, la composición celular de la leche materna está influenciada por otros factores como la alimentación del bebé o el estado de salud de la madre y el niño.
Las virtudes regenerativas de las células madre de la leche materna podrían tener importantes aplicaciones en el ámbito de la oncología y de las neurociencias. De este modo, al comparar las células madre de la leche materna con las de un pecho con cáncer, los investigadores han observado una expresión desequilibrada de genes de células madre en cánceres de pecho agresivos, lo que podría abrir nuevas vías para explicar el origen de esos tumores.
Otra de las aplicaciones de las células madre de la leche materna podría darse en el campo de la medicina regenerativa. Las terapias de reemplazo celular se están investigando de manera intensiva con la esperanza de encontrar nuevas opciones terapéuticas para múltiples enfermedades. Estas terapias consisten en trasplantar células madre en el tejido dañado para regenerarlo y recuperar su funcionalidad. Por ejemplo, en el caso de individuos que tienen párkinson o alzhéimer el trasplante de las células reemplazaría las neuronas dañadas por la enfermedad, lo que les podría proporcionar beneficios terapéuticos. Los resultados preliminares son esperanzadores.
FUENTE: mujerhoy.com (3/5/2015)