La nueva biotinta contiene dos componentes poliméricos diferentes: uno natural extraído de algas marinas, y uno sintético usado en la industria médica. Cada uno cumple una función distinta.

El polímero sintético hace que la biotinta cambie de líquido a sólido cuando se aumenta la temperatura, y el polímero de alga marina proporciona el soporte estructural cuando se introducen los nutrientes celulares.

Diseñar la nueva biotinta fue extremadamente complejo. Se necesita un material que sea imprimible, lo bastante fuerte para mantener su forma cuando es sumergido en nutrientes, y que no sea dañino para las células. El equipo del Dr. Adam Perriman, de la Escuela de Medicina Celular y Molecular, dependiente de la Universidad de Bristol en el Reino Unido, logró hacer esto, pero hubo muchas pruebas y errores antes de que él y sus colaboradores consiguieran la fórmula final.

El equipo pudo diferenciar las células madre en osteoblastos (células óseas) y condrocitos (células del cartílago), para producir estructuras de tejido impreso en 3D a lo largo de cinco semanas, incluyendo un anillo de cartílago de la tráquea a tamaño real.

Cuando se introdujeron los nutrientes celulares, el polímero sintético fue expulsado por completo de la estructura tridimensional, dejando solo las células madre y el polímero natural de alga marina. Esto, a su vez, creó poros microscópicos, que proporcionaron un acceso más efectivo a los nutrientes para las células madre.

Lo logrado por el equipo podría acabar llevando a la capacidad de imprimir tejidos complejos usando las propias células madre del paciente para implantes quirúrgicos de cartílago o hueso, que a su vez podrían ser utilizados en operaciones de rodilla y cadera.

FUENTE noticiasdelaciencia.com

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