Un trabajo liderado por Sonia Herraiz, investigadora y Nuria Pellicer, ginecóloga del Hospital la Fe de Valencia, han logrado un embarazo en una mujer con fallo ovárico prematuro.
Se calcula que 1 de cada 100 mujeres menor de 40 años padece fallo ovárico prematuro. Este cese de actividad de los ovarios de forma prematura es uno de los peores escenarios a nivel reproductivo, ya que se trata de mujeres que ni siquiera menstrúan.
“El proceso consiste, en lugar de administrar las células madre, algo que se ha venido haciendo en las fases previas de esta investigación, en dejar que ellas mismas lleguen al ovario donde puedan ejercer los efectos positivos. En ambos casos, tanto al administrar las células como al solo movilizarlas, la célula madre libera factores de crecimiento que estimulan a las células del tejido donde ella está a crecer, proliferar o regenerarse. En el caso del brazo de estudio de solo movilización, se trata de un procedimiento menos invasivo porque no se administran células, sino que se permite que ellas lleguen al ovario dañado”, explica Pellicer.
Este trabajo, presentado en la última edición de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología, ha permitido ampliar la población de estudio, antes limitada a bajas respondedoras, ofreciendo así una posibilidad a este grupo de mujeres menores de 40 años con fallo ovárico prematuro que hasta ahora no tenían opción de gestar con sus propios óvulos.
Hasta ahora, los estudios anteriores se han limitado a introducir las células madre directamente en el ovario, pero recientemente resultados preliminares obtenidos en este estudio sugieren que puede que no sea necesario introducir en el ovario las células madre, sino que las células y los factores que estas han segregado son capaces de llegar a través del sistema circulatorio mediante un proceso mucho menos invasivo y más sencillo de aplicar.
“Con esto buscamos desarrollar una técnica lo menos invasiva posible y ofrecer a cualquier mujer que desee ser madre la posibilidad de conseguirlo, aun cuando sus circunstancias reproductivas sean desfavorables o clínicamente inviables sin intervención de la ciencia, como es el caso”, añade.
El estudio, que aún está en desarrollo, incluye dos brazos de estudio: uno limitado a la técnica ASCOT, es decir, la infusión de células madre en la arteria ovárica (definida por la movilización de células, su extracción y su posterior introducción directamente en el ovario); y, en segundo lugar, una opción menos invasiva consistente en movilizar igualmente las células, dejando que lleguen por sí mismas al ovario desde el torrente sanguíneo para comprobar si tienen los mismos efectos que cuando las recoges y las inyectas. «Hemos de ser cautos, pues se trata de los resultados preliminares de un estudio que aún está en fase de desarrollo. De momento se han obtenido embriones en 2 de las 10 pacientes incluidas y un embarazo de 37 semanas en el brazo ASCOT, en pacientes con unas posibilidades casi nulas con los procedimientos clásicos de fecundación in vitro”, comenta Pellicer.
FUENTE www.infosalus.com (Julio 2020)