Un nuevo estudio de la Universidad de Stanford ha encontrado que los ratones inyectados con células madre pluripotentes inducidas inactivadas (iPS) muestran respuestas significativas del sistema inmune a una variedad de cánceres. Si el estudio se puede replicar en humanos, esta investigación podría allanar el camino para un tratamiento de cáncer personalizado.

Las células madre pluripotentes inducidas son células que pueden extraerse de células adultas, por ejemplo de muestras de piel o sangre, y luego pueden tratarse genéticamente para revertir a una etapa pluripotente, lo que significa que pueden crecer en cualquier tipo de célula en el cuerpo humano.

La primera gran revelación en la nueva investigación se produjo cuando el equipo de Stanford descubrió que las iPS son superficialmente muy similares a las células tumorales, lo que sugiere un posible uso para ayudar a “entrenar” al sistema inmune para atacar mejor el cáncer. Al probar la teoría, los investigadores administraron a un grupo de ratones la vacuna potencial contra el cáncer – iPSCs inactivadas genéticamente emparejadas en combinación con un agente estimulante inmune genérico conocido como un adyuvante. Después de cuatro inyecciones semanales de la vacuna, los ratones fueron implantados con células de cáncer de mama de ratón.

En los grupos de control, el cáncer creció y se desarrolló, pero en el 70 por ciento de los ratones vacunados los tumores se redujeron significativamente, mientras que las células cancerosas se eliminaron por completo en dos ratones, que continuaron vivos durante más de un año después del experimento. Los resultados se replicaron posteriormente utilizando líneas celulares de cáncer de piel y cáncer de pulmón.

En definitiva, como apunta Nigel Kooreman, director de la investigación, «nuestra estrategia es particularmente potente porque nos permite exponer al sistema inmune a distintos epítopos específicos del cáncer de una forma simultánea. Y una vez activado, el sistema inmune se encuentra en un estado de alerta para actuar frente a los tumores según se van desarrollando a lo largo del organismo».

El siguiente paso será repetir el experimento con tejidos humanos. Y de tener éxito, creen que la administración en personas de una vacuna con sus propias iPS irradiadas podría prevenir el desarrollo de tumores durante meses o, incluso, durante muchos años. Aunque como indican los investigadores, aún queda mucho trabajo por hacer

FUENTE: newatlas.com (Febrero 2018)

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