Según datos de un estudio realizado en más de 100 pacientes realizado en hospitales de Chicago, Sheffield, Uppsala y Sao Paulo y presentado en la Reunión Anual de la Sociedad Europea de Trasplante de Hueso y Médula en Lisboa, parecen indicar que en algunos casos –todos los participantes del estudio tenían EM remitente recidivante, donde los ataques o recaídas son seguidos por períodos de remisión-, este tratamiento puede ser la solución.

La terapia consiste en trasplantar células madre sanguíneas obtenidas del propio paciente –o ‘autólogo’– tras haber recibido un tratamiento con quimioterapia para destruir la médula ósea –o ‘mieloablación’– con el objetivo de que las nuevas células madre reconstruyan la médula ósea y el sistema inmune. Transcurrido un año, solo ocurrió una recaída entre el grupo de células madre en comparación con 39 en el grupo de que únicamente mantuvo el tratamiento farmacológico. Y, al cabo de tres años, los trasplantes habían fallado en tres de 52 pacientes (6%), en comparación con 30 de 50 (60%) en el grupo control.

Además, aquellos en el grupo de trasplante experimentaron una reducción en la discapacidad, mientras que los síntomas empeoraron en el grupo que siguió el tratamiento convencional.

Por ello los investigadores están analizando si es posible que las células madre puedan ralentizar la actividad de la enfermedad MS, reparar daños existentes o reemplazar partes defectuosas del sistema inmunitario o del sistema nervioso. Aunque la terapia con células madre se usa de forma rutinaria para enfermedades como el cáncer de la sangre (leucemia), todavía se considera como tratamiento experimental para la esclerosis múltiple (EM).

FUENTE: abc.es (Marzo 2018)

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