Una investigadora de la Universidad de Coimbra (Portugal), Liliana Mendonça, desarrollará durante el próximo año un proyecto para frenar la enfermedad de Machado-Joseph mediante células madre del propio paciente, que serían tratadas antes de volver a implantárselas en su cerebelo.

Esta enfermedad hereditaria y neurodegenerativa, que hasta el momento no tiene cura, provoca atrofias musculares y descoordinación motora, motivo por el que Mendonça desarrollará durante un año un proyecto piloto con ratones para intentar crear “neuroprotectores”.

Según explicó la propia investigadora, la idea es “extraer células madre de la zona de la dermis del paciente para reprogramarlas y, posteriormente, trasplantarlas en el cerebelo del enfermo”.

Si funciona en ratones, se habrán creado células madre que activarán mecanismos para reducir la pérdida neuronal que se desarrolla con esta patología degenerativa y que está catalogada como una de las denominadas “enfermedades raras”.

Portugal es el país más afectado del mundo por este tipo de dolencia y el nombre de la patología, Machado-Joseph, proviene de las dos primeras familias oriundas de Portugal que fueron diagnosticadas con esta enfermedad en la década de 1970.

La enfermedad se puede presentar en tres períodos vitales: entre los 10 y los 30 años, con una evolución rápida y rigidez grave muscular; entre los 20 y los 50 años, con una evolución algo más lenta; y entre los 40 y 70 años, cuando el avance de la dolencia es más lento.

Liliana Mendonça explica que, si la prueba con los ratones resulta satisfactoria, en un plazo de unos diez años, “aunque es difícil calcular el tiempo” -precisó-, se podría aplicar en las personas enfermas. Esta enfermedad también se denomina ataxia “espinocerebelosa”, que significa falta de control de los músculos.

La torpeza y debilidad en los brazos y en las piernas, que provocan una marcha de tambaleo en el enfermo, son los síntomas que más la caracterizan. En algunos pacientes se han percibido síntomas similares a la enfermedad de Parkinson, tics en la cara y en la lengua o contracciones musculares que provocan rigideces o posturas fuera de lo normal.

Según un comunicado emitido por la Universidad de Coimbra, con este proyecto se lograría, además, evitar un posible rechazo de las células madre por parte del paciente y también se eliminarían las diferencias deontológicas que pudieran suscitarse por el uso de células madre, ya que serían del propio afectado.

FUENTE: heraldo.es

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